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Una ventana al Cielo

jueves, 19 de septiembre de 2013


Los milagros de Jesús no eran simplemente acontecimientos singulares en el tiempo, sino vislumbres de lo que Dios está haciendo siempre y de lo que es Jesús siempre; son ventanas a la realidad de Dios.


No es sólo que Jesús alimentó una vez a cinco mil personas; esa era una ilustración de que es siempre el pan de vida real.

No es sólo que Jesús le dio la vista a uno que había nacido ciego, sino que El es siempre la luz del mundo. 


No es sólo que Jesús resucitó una vez a Lázaro, sino que Él es siempre y para todos los hombres la resurrección y la vida. 


Un milagro de Jesús no es nunca meramente un hecho aislado, sino una ventana abierta a la realidad de lo que Jesús ha sido siempre, y es, y siempre ha hecho, y siempre hace, hoy sus milagros se siguen presentando, sus maravillas aún siguen siendo verdaderamente una ventana al Cielo.

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