Un milagro de Jesús no es nunca meramente un hecho aislado, sino una ventana abierta a la realidad de lo que Jesús ha sido siempre, y es, y siempre ha hecho, y siempre hace, hoy sus milagros se siguen presentando, sus maravillas aún siguen siendo verdaderamente una ventana al Cielo.
0 comentarios:
Publicar un comentario